La explosión iniciada por The Beatles y el rock and roll no dejó ajena a la Argentina allá por los años `60. Hasta se podría crear un paralelismo de que La Cueva es una versión “latina” del mítico “The Cavern”, lugar donde los Fabulosos Cuatro de Liverpool empezaron su propia revolución musical. Y es que dejando de lado el parecido de su nombre fue un lugar donde se inició una corriente diferente, casi tan importante como aquella iniciada en Inglaterra.
Músicos, poetas e intelectuales de la época se reunían para compartir gustos musicales, literarios y todo lo que tuviese que ver con las artes. Pero es sin duda, necesario contextualizar que en Argentina se vivía un clima de represión hacia la juventud por parte de la dictadura de Juan Carlos Onganía y la Revolución Argentina. Los pelos largos, la música ‘rock’, las ropas coloridas, todo era merecedor de una noche en la comisaría. Pero La Cueva era el refugio de estos “jóvenes inadaptados”.
Ubicada en el sótano de la Avenida Pueyrredón al 1723, suponía un lugar de escapatoria y recreación para esta juventud perseguida. Tuvo varios nombres –el cabaret Jamaica, luego El Caimán y por último La Cueva de Pasarotus- antes de que en 1964 fuese reformado y renombrado. Se convirtió en tan sólo tres años en el lugar más importante de la música argentina y el refugio de toda una generación que se resistía a envejecer.
(Una de las tantas presentaciones en La Cueva)
Es un día soleado de Septiembre de 2011, cuando al llegar a Avenida Pueyrredón al 1700 se puede ver un bazar. De las antiguas mesas y sillas y ambientes oscuros y claustrofóbicos, hoy encontramos iluminación, espacio y elementos de cocina y jardín a la venta.
El paisaje cambió, al lado del mítico escenario del rocanrol, solo se ve un “Starbucks Coffee”. Ya no hay ninguna revolución gestándose. No hay ‘jóvenes inadaptados’, ni ropas coloridas y muchísimo menos algún músico con ganas de cambiar el mundo. Hoy hay gente que camina y compra en ese lugar, sin saber que hace casi 50 años fue el lugar dónde toda una generación consiguió expresarse. Un lugar dónde para muchos fue la cuna de la esperanza frente a la opresión. Hoy La Cueva está viva pero en el corazón de quiénes escuchamos las anécdotas y los muy pocos testigos que pudieron disfrutarla. Finalmente la juventud sucumbió al capitalismo.
(La Cueva o por lo menos lo que quedó de ella)
Este lugar desparrama rock! y ncional!!
ResponderEliminarMuy buena la página che aguante el rocanrol, sigan actualizando. La mejor de las suertes.
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